jueves

limpieza y remodelación

A 1 mes del trago amargo y 3 días de mi operación, pareciera que es 1 año.
Ha pasado tan poco tiempo y a la vez tanto.
Cuando lo inevitable se viene, se vive a una velocidad vertiginosa, aunque uno quisiera que todo ocurriera en cámara lenta, para poder masticarlo, pensarlo, sentirlo, sufrirlo y decidirlo con más detenimiento.
6 años de historia en el basurero.
6 años de pareja convertidos en polvo, en nada.
Así es la vida. No te aferres, me dijeron una vez. Es así, no hay que aferrarse a nada.
Todo pasa. Todo es finito. Lo bueno y lo malo, la alegría y la tristeza, el amor y el dolor del desamor. Así es.
Entonces, sólo quedan los buenos momentos compartidos y los malos, como aprendizaje.

Quisiera en estos momento recapitular. Sacar saldos y hacer balances, pero no me animo. Duele y no quiero que duela. Recordar lo bueno me hace dudar. Recordar lo dulce, lo bello, lo tierno, es una puñalada. No quiero.

Por ahora sólo me ocupo de mi espacio. Mi casa es nueva, tiene limpieza, orden, luz, lámparas. Un nuevo orden. Las cosas brillan y es acogedora.

Mi dormitorio está en proceso de remodelación, pero ya es más mío, es mejor, es más bello, hay más orden, menos suciedad, más luz.

El jardín fue despojado de todo lo podrido, todas las ramas secas y se ha vestido sólo de vida. Está casi pelado. Lo vivo que le quedaba era en verdad muy poco.

Todo es tan simbólico, tan claro, tan exacto.
Es asombroso constatar que como es afuera, es adentro.
Como estaba mi casa, estaba yo. Abandonada, llena de basura y muerte.
Hojas secas, desorden, oscuridad, desperdicio y muy poca vida.

Mi casa renace, el jardín renace...
yo estoy yambién en limpieza y remodelación...
estoy renaciendo.

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